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"Antonia me cambió totalmente", afirma Soledad Pastorutti, que sigue siendo "la Sole" aunque se haya convertido en mamá de esa bebita que, dice, es hermosa y muy buenita. Antonia ya cumplió los seis meses. Pero quien la escucha o la ve tal vez no tiene la misma percepción, porque "el huracán de Arequito" no se detiene y mantiene el ímpetu de aquella adolescente que saltó a la fama revoleando el poncho en Cosquín.
Por eso lanzó en estos días "Vivo en Arequito", un CD+DVD en el que festeja todo: sus 30 años, los 15 de su carrera y la maternidad. Celebra la felicidad, resume.Como todos los años, para su cumpleaños (12 de octubre) Soledad fue a su pueblo natal, reunió amigos y seguidores, y cantó.
"Pero no hice la fiesta enorme que armaba antes por que Antonia tenía cuatro meses... y eso era lo más importante que tenía para festejar", agrega.Los 15 años de carrera, aclara, son relativos. "Canto desde los 8 años, pero es como que a los 15, en el escenario de Cosquín, empezó otra etapa... Esta", aclara.
De todos modos, filmó su actuación y el encuentro con los suyos y lo editó."En realidad no cambió mucho mi forma de trabajo, porque Antonia vino con varios panes bajo el brazo y desde que estaba embarazada vengo trabajando un montón", confirma.Claro que ir y venir por el país con una beba en brazos cambia su perspectiva. "No duermo como antes, y no es que ella moleste... Pero, ¿viste como es esto? Una está pendiente toda la noche, va a la cunita a ver si está bien... antes tal vez me quedaba despierta, pero era tomando mate o charlando con los músicos o con amigos", cuenta."La Sole" habla con el mismo vértigo con el que se mueve sobre el escenario, o con el que parece vivir a diario. No se detiene. Escucha, pero arremete. Y ahora su hijita es el tema del que no puede, o no quiere, dejar de hablar.
"Es de buen dormir, por suerte, y tengo una mamá de fierro y a mi hermana Natalia, que me acompañan en las giras y me ayudan. Y también Jeremías (Audoglio, su esposo), que es parte del equipo, aunque tengo que planificar todo mejor... Estoy más cansada que antes, agotada, pero muy feliz", asegura.Soledad creció y maduró, pero se mantiene aquella chica que sentía amor y pasión por el folclore. "Cuando subo al escenario disfruto como la primera vez, y a esta altura, aunque sea joven, me siento realizada", confiesa.Todo eso se da porque -dice- está enamorada de su marido, muy contenta con Antonia y también con su carrera. "Se me cumplieron muchos sueños, y en la lista del debe quedan pocas cosas -explica-. Quisiera grabar un disco con otros estilos, canciones románticas, no sé. Y también quisiera desarrollar una carrera internacional".Pero eso no impide que augure un futuro bien familiero: "me veo rodeada de hijos, pero cantando".
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