lunes, 17 de enero de 2011

A pura energía

Vaya paradoja: pese a que en el anfiteatro José Hernández hubo más de 18 mil personas, la del jueves, fue una noche de absoluta Soledad. Es que el tifón de Arequito, dejó su sello de poncho y folclore estampado sobre las tablas de un escenario Martín Fierro que por momentos parecía moverse. La gente, se lo retribuyó a puro baile y revoleó lo que tenía a su alcance en lo que fue la séptima estrella del Festival de Jesús María.

Pero previo a semejante movida joven de música criolla, la noche tuvo su puntapié inicial de la mano Los Huayras. De a poquito, el entusiasta grupo salteño fue encendiendo la llama folclórica en las tribunas del estadio. El cuarteto, decidió hacerle un pequeño un homenaje a Alfredo Espíndola, el jinete misionero que murió un año atrás en el campo de la doma. El público los acompañó con un sentido y cerrado aplauso.

Más tarde, llegó Gisela Santa Cruz. La boliviana, desparramó a pura saya toda su polenta y le dio un toque de distinción al festival. A las 23.19, en las boleterías se registraban unos 13 mil tickets vendidos. Entre pausas musicales, la jineteada se encargó de aportarle su dosis de argentinidad a la noche. La antesala a la Sole continuó con los cordobeses de La Copla y Los Alonsitos con su pegadizo chamamé.

Para los fieles seguidores de la flamante mamá de Arequito, la espera por verla resultó eterna. Muchos se apostaron cerca de las 23 en la puerta de ingreso a camarines para sacarse aunque sea una foto, pero el arribo de la cantante fue pocos minutos antes de su actuación. Es más, Soledad llegó a la puerta del anfiteatro a la 1.18 y se dirigió -sin escalas- hacia las tablas del Martín Fierro.

De repente, la penumbra le fue ganando el terreno a las luces y el humo comenzó a brotar desde el piso. Con un pantalón de cuero negro, botas rojas y una capa oscura que abrazaba su camisa, Soledad Pastorutti apareció en Jesús María y conquistó a todos. El recital comenzó con La viajera, Salteñita de los valles y Chacarera para mi vuelta . De fondo, una enorme pantalla reproducía imágenes de todos los rincones del país.

Aplomada y con la madurez que sólo da el paso del tiempo, La Sole optó por un arranque más melódico para después, levantarle la temperatura al show. Luego siguieron Mi pueblo , Esta vida , Compadre qué tiene el vino y Chacarera para mi vuelta , todas canciones de su nuevo disco Vivo en Arequito .

Con sus siete músicos detrás, Soledad se deleitó con el público y hasta se permitió jugar con algunos pequeños en el escenario: una grata sensación musical fue una versión acústica-folclórica de Tu cárcel del grupo os Enanitos Verdes. El clásico Que nadie sepa mi sufrir fue tarareado por todo un estadio, que a esa altura de la noche ya era un hervidero.

Con el ingresó al Martín Fierro de Natalia, su hermana, el dúo se las arregló para generar una algarabía total en Jesús María: el punteo de A don Ata , revolucionó al estadio y marcó el punto más alto del show. Lo que parecía ser la despedida del espectáculo fue con un popurrí de El bahiano , Tren del cielo y El humahuaqueño .

Finalmente y a puro grito futbolero, el público le pidió a Soledad que regresara al escenario. Como cierre y en la tierra de la Mona Jiménez, la santafesina se animó y cantó un cuarteto. Ya habían pasado unos 95 minutos de música casi sin pausa: el tifón de Arequito -el último tanque folclórico en la grilla del festival- dejó su huella marcada en Jesús María.

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http://www.clarin.com/

La Sole se le animó al cuarteto en Jesús María

Con más de 12 mil entradas vendidas, la noche de Soledad Pastorutti en el Festival de Doma y Folclore de Jesús María fue una de las más coloridas de la semana.

Con vestuario renovado, una figura esbelta y la belleza de sus flamantes 30 años, la chica que fue bautizada como "El huracán de Arequito" trajo confiada sus éxitos al anfiteatro.

Pasada la medianoche Soledad ingresó al escenario y no tardó en llamar a su hermana Natalia para interpretar canciones por más de una hora y media.

Además del repaso folcórico que exigía la ocasión, La Sole no se privó de cantar un cuartetazo: Mi credo, canción que grabó con Banda XXI y que aparece en su más reciente disco.

Más temprano, habían pasado por el escenario Los Huayra, Los Alonsitos, Romina González, La Copla, Gisela Santa Cruz, Franco Ramírez, el Chango Juárez y el ballet Cielo Tierra.

Hubo más entrevero de tropillas y jineteada, ya con la definición del campeonato casi planteada.

Soledad y una noche que promete ser movida en Jesús María

La artista de Arequito será la figura central esta noche en el festival jesusmariense. También actuarán Los Huayras y Los Alonsitos, entre otras agrupaciones. Valor de las entradas: $ 30 la general; $ 15 a jubilados y $ 5 menores. Transmite Canal 10 desde las 22.30.

Esta noche llega al festival de Doma y Folklore de Jesús María Soledad Pastorutti para brindar un espectáculo que, como cada año, convoca a miles de espectadores.

También cantarán Los Huayras, Los Alonsitos, La Copla, Franco Ramírez, Gisela Santa Cruz, Romina Gonzalez, Cielo Tierra, Chango Juarez (humor).

Mañana, lo harán Nacho Prado y Daniel Campos, Horacio Banegas, Peteco Carabajal, Amboé, La Huella, Mariel Trimaglio, Trio Jesus Maria, Los Bohemios, Cintia Mariel, un el humor del Mudo Esperanza.

30 años de Soledad

Soledad Pastorutti entra al Hotel Córdoba, en el centro de Canals. Saluda con una sonrisa radiante y con gentileza advierte que ya viene; que se maquilla y viene. Minutos después reaparece, sencillamente arreglada para la entrevista. “Viste cómo es esto… Nosotras laburamos, cuidamos los chicos y encima tenemos que estar lindas”, bromea. Falta poco para que suba al escenario en la Fiesta nacional del oro blanco y la cantante conversa con Vos.

“Pero no te preocupes –continua–, me crié en un país machista, en un pueblo machista y una familia machista. Estoy acostumbrada y pienso que aunque las mujeres no somos las mejores, estoy segura de que manejando no somos las peores”. El argumento del machismo se prolonga inevitablemente hasta el folklore, en cuyos rasgos podrían estar las raíces del forzudo argentino. “¿Me querés decir por qué yo me vestí de gaucho y no de china, cuando empecé a cantar? –se ríe–. Pero cuando empecé a vestirme como mujer y a maquillarme, no faltaron los que pusieron el grito en el cielo ¡Tenía que cuidarme hasta de ponerme aros!”.

Para Soledad y su banda, Canals es también el kilómetro cero de la larga ruta del verano festivalero, que la llevará por buena parte de la geografía nacional. Para eso equipó con todas las comodidades un ómnibus, en el que viajan músicos, técnicos y ella con su familia, incluida su hija Antonia, que todavía no cumplió los siete meses y lleva recorridos miles de kilómetros. “En las giras Antonia viene en el micro con nosotros –explica–. Me gusta que participe de lleno en nuestra vida, que sepa qué es lo que hago, que conozca el mundo al que pertenezco. Muchas veces con nosotros viene mi mamá, que me ayuda”.

Compenetrada con su rol de madre, Soledad cuenta que la llegada de Antonia cambió las prioridades en su vida. “Antes, lo único que tenía en la cabeza era mi carrera, ahora estoy más relajada –explica–. Canto y hago lo mío y en cierto modo eso hace que pueda disfruta mucho más cuando estoy sobre un escenario”.

Se declara vaga para prender la computadora, pero usa Facebook y Twitter para comunicarse con sus fans y colegas. Confiesa que ve poca televisión y que lo que más le gusta es conversar. Cuenta también que con la Fundación que desde hace años lleva su nombre, tiene para este año el objetivo principal de acercarle cultura, sobre todo folklore, a los chicos de su zona, y que al final los tiempos no le dieron para hacer la comedia musical sobre Mary Poppins (había que ensayar enero y febrero, mientras ella está de gira). Pero en abril comenzará a trabajar en la película que protagonizará con Larguirucho, en una combinación de actores reales y animación. “Estará también Cachavacha, que quiere cantar, se pone celosa de mí y me hace la vida imposible”, relata divertida.

Las giras festivaleras del verano llevarán la marca de Vivo en Arequito, su último disco, con un DVD, grabado en vivo en su ciudad natal. “Es el resumen de los shows que dimos en los últimos dos años y se parece mucho a lo que ofrezco hoy en un escenario, con varios temas míos. El disco es un encuentro con los fans, a mi manera: estoy en mi casa, para mi cumpleaños y hago lo que quiero.

–¿Tus fans crecieron con vos?
–Me conocieron vestida de gaucho, revoleando el poncho y cantando A don Ata. Los cambios siempre generaron algún comentario y hasta cierta resistencia, pero creo que ahora logré una relación más madura.

–¿Tardaste en entender el cambio que daba tu vida cuando a los 15 años te convertiste en “La Sole”?
–Si, mucho.

–¿Te arrepentís de algo de esa etapa?
–No soy de esas personas que dicen que si volviesen a nacer harían exactamente lo mismo. Uno es sus circunstancias y también su forma de ser. Había muchas cosas que no dominaba, ni arriba ni abajo del escenario. Pero el tiempo me dio la posibilidad de crecer. Soy muy diferente a la Sole de hace 15 años.

–¿Sentís que el público aprecia que ahora cantás mejor que antes?
–Si. Antes el comentario del público tenía que ver con la energía. Últimamente no sólo el público, también colegas y periodistas hacen comentarios sobre el show y reconocen algún progreso en mí. Eso me halaga, porque siempre fue mi gran objetivo.

–¿Y el éxito no era tu objetivo?
–Es que yo empecé con éxito. Me faltaba con qué sostenerlo y de un día para otro no se encuentra al artista. Ahora siento que estoy más cerca, que hay mucho que pulir pero que voy por buen camino.

Arriba Jesús María; Cosquín a fondo
“En Jesús María siento al público más lejos, por eso daré un show bien arriba”, anticipa Soledad sobre su actuación de este jueves en el escenario Martín Fierro, y agrega: “En Cosquín será distinto y tengo la expectativa de que estén muchos de los artistas que están en el disco –Jorge Rojas, Leandro Lovato, Banda XXI, entre otros–, junto a otros que no están en el disco pero me gustaría que me acompañaran esa noche”.

–¿Qué te produce volver a Cosquín, el escenario que te consagró?
–En los últimos tres años me sentí muy bien.

–¿Y en los anteriores?
–Sufrí mucho, me volvía llorando a mi pueblo. Me quedaba con una angustia que me duraba días.

–¿Por qué?
–No lo podría explicar. Tal vez tenga que ver con que siempre me vi obligada a sorprender en Cosquín, a entrar a escena colgada de un arnés, a hacer un show distinto con poco tiempo para prepararlo. Hasta que entendí que la expectativa tenía que generarla con mi forma de plantarme en el escenario, con mis canciones.

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http://vos.lavoz.com.ar/

UNA MULTITUD CANTÓ JUNTO A SOLEDAD EN LA FIESTA PROVINCIAL DEL CHORIZO

Se llevó a cabo la Fiesta Provincial del Chorizo en la vecina localidad de Ataliva y como invitada especial estuvo Soledad Pastorutti. Cerca de 6 mil personas de toda la región disfrutaron del espectáculo en vivo. Hacía 14 años que la Sole no cantaba en Ataliva y manifestó estar muy contenta por volver a hacerlo.

El recital comenzó a las 23.30 y duró casi una hora y media. Soledad interpretó canciones de su nuevo álbum, "Vivo en Arequito", y las clásicas que hicieron cantar a todos los presentes. También estuvo junto a ella en el escenario, su hermana Natalia, quien está a punto de sacar su segundo álbum como solista y que ama la música al igual que ella.

Con una voz imponente y la simpatía de siempre, Soledad logró cautivar al público que espera verla nuevamente.

La fiesta

La Fiesta Provincial del Chorizo se realiza hace ya 25 años. Es tradicional y en la zona es muy esperada por todos. Cada año convoca a varios artistas que brindan su espectáculo mientras la gente degusta la especialidad de Ataliva.

Como cada año se realizó la elección de la reina y además de Soledad, varias bandas brindaron su música hasta altas horas de la madrugada.

En el evento estuvieron presentes el senador provincial Alcides Calvo, el intendente Omar Perotti y demás autoridades de la región.

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miércoles, 5 de enero de 2011

Las Grutas traerá a León Gieco, Soledad y Lerner

Luego de que se barajaran varios nombres, la municipalidad dio a conocer finalmente el listado oficial de cantantes que participarán de la Fiesta Nacional del Golfo Azul.

La popular celebración, otrora emblemática del balneario y sus atractivos, busca recuperar el brillo que la caracterizó años atrás.

El evento se llevará a cabo desde el 25 al 29 de enero inclusive, en un escenario al aire libre ubicado entre la tercera y cuarta bajada.

Según el programa anunciado ayer a través de un comunicado, los cantantes que llegarán para participar de las distintas noches harán que la celebración no tenga nada que envidiarle a otras reconocidas fiestas de la región.

Soledad abrirá el fuego

La encargada de despertar el entusiasmo del público en la primera velada del espectáculo será Soledad Pastorutti, que el 25 de enero abrirá a puro folclore el evento.

El 26 de enero se aguarda la presencia de León Gieco, una figura emblemática de la música a nivel nacional, mientras que el 27 será el turno de la agrupación Catupecu Machu.

Luego habrá una velada de ritmos tropicales encabezada por Leo Matioli y el cierre de la fiesta, previsto para el 29, contará con un espectáculo a cargo de Alejandro Lerner, que brindará su show luego de la elección y coronación de la nueva reina del Golfo.

El anuncio acerca de la revalorización de esta tradicional fiesta se realizó hace un mes atrás, y aunque se mencionó la llegada de importantes artistas de renombre nacional no se habían brindado datos precisos acerca de los números musicales previstos.

lunes, 20 de diciembre de 2010

“A veces siento que paso más tiempo con el público que con mi familia”


Fue un año muy especial: cumplió 30 años, 15 de carrera musical y nació su primera hija, Antonia. Tres buenos motivos para festejar que, además, fueron el motor de su nueva producción discográfica “Vivo en Arequito”. Hablamos de “la Sole”, la misma que cada tanto agita el poncho y le regala al público su repertorio, cargado de composiciones enraizadas en nuestra música popular.

Soledad mantuvo un diálogo telefónico con El Tribuno en el que se refirió a este especial momento de su vida, el nuevo disco, sus inicios, su relación con el público y su -no tan nuevo- cambio de look.

Su último álbum fue grabado en vivo el 10 de octubre de 2010, en Arequito. Octubre es el mes del cumpleaños de la Sole y, desde 1997, sus seguidores se reúnen en forma espontánea en su tierra natal para saludarla. Por eso la Sole comenzó a brindar año a año un show en vivo para sus fans. El recital tuvo lugar en esta oportunidad en la estación de ferrocarril de Arequito, para un público de más de quince mil personas. El disco reúne una selección de 15 canciones que Soledad siempre quiso cantar, temas populares como “Esta vida” (primer single de difusión), “Mi credo” y “Tu cárcel”, clásicos del folclore como “Lucerito del alba” y “Chacarera para mi vuelta”, y algunos de sus clásicos como “Brindis” y “Tren del cielo”. El disco incluye, además, un bonus track del Himno Nacional Argentino en versión folclórica.

Renovada, Soledad continúa brindando su música y su simpatía en cuanto escenario la recibe. Pero todo en ella late distinto, porque el “ciclón de Arequito” ya tiene varias buenas razones para vivir intensamente, sin pausa, pero sin prisa.

Este nuevo disco viene a ser la coronación de un momento muy importante de tu vida. Cumpliste 30 años, 15 de carrera y además nació tu primera hija...

Así es. De todas maneras el momento más importante se lo lleva mi hija. No voy a volver a ser la misma que era antes de que ella naciera y todo lo que pienso y lo que hago pasa por Antonia, porque realmente ha sido un milagro, una maravilla, una bendición tenerla con nosotros. Ha cambiado mi vida por completo. Antes, lo que más me preocupaba era mi carrera y, si bien mi hija vino con muchos panes bajo el brazo, porque estoy trabajando mucho, ahora pienso en ella más que en nada ni en nadie...

A veces, en momentos especiales como éste, se nos da por hacer balances. ¿Cuáles sentís que fueron los momentos más sobresalientes de tu carrera?

Es difícil hacer un balance porque en 15 años me han pasado muchas cosas buenas y te diría que muy pocas malas. Si bien soy consciente de que la carrera de un artista tiene sus idas y venidas, nunca estuve tan abajo como para deprimirme o pensar que ya no tenía que hacer esto. A veces me canso y no encuentro la salida artística y yo misma me planteo por qué no me dediqué a otra cosa pero, en general, lo que siento y lo que digo tiene que ver con que siempre he hecho lo que me dictó el corazón, y eso siempre fue muy bien recibido por la gente. Si tuviera que elegir, no dudo que mi primer subida al escenario de Cosquín ha sido el gran momento. No sé si estoy donde estoy gracias a eso solamente, pero creo que esa maravillosa vidriera me dio la oportunidad de que me conociera mucha gente y de poder estar hoy cantando en todos los escenarios de mi país.

Tu relación con el público es realmente muy intensa...

¡Yo agradezco tanto eso! A veces siento que paso más tiempo con el público que con mi propia familia. Eso me da un poquito de culpa, pero no puedo negar todo lo que ha sembrado la gente en mí... La fuerza y la seguridad que me dan. Artísticamente, cuando subí al escenario de Cosquín por primera vez, tenía aún mucho por crecer y por mejorar. Fue un comienzo muy lindo, muy fuerte y con mucha explosión, pero no estaba todavía bien formada, tenía todo un trabajo por delante y la gente me dijo que sí, a pesar de eso. Me dijo que sí en la adolescencia musical, me dijo que sí incluso en mis errores. Por eso, al público le debo muchas cosas, porque nunca me abandona. Después, obviamente, los colegas o quienes deben criticar un disco o hablar de mi trabajo artístico tendrán otra visión, pero el público, desde el vamos, creyó en mí y yo trato de no defraudarlo.

Recién hiciste referencia a cuando eras más chica, a tus inicios... ¿Cómo manejabas todo lo que te pasaba, el éxito y el temprano reconocimiento de la gente?

Creo que fui muy inconsciente. La inconsciencia me ayudó, no a manejarlo -porque no sé si realmente hice eso-pero sí a soportar un cambio de vida tan grande. Si bien todo lo que me ocurrió fue maravilloso, no puedo negar que me dolió mucho el desarraigo de mi pueblo, el tener que irme constantemente y viajar tanto. Pero, en el fondo, creo que había una razón de mucho peso: el amor a la música y lo que disfruto cantando. Además de la inconsciencia está el apoyo de mis papás, mi abuela y mis amigos, que son los mismos desde que iba a la guardería y con los que tengo una amistad casi tan larga como mi vida.

Da la sensación de que sos una persona muy alegre. Esa es una cualidad que también se refleja un poco en tu música, ¿no?

Me parece que la vida no ha sido tan dura conmigo. Esa es quizás una de las respuestas del porqué soy alegre, pero también pienso que la gente que se vive quejando termina alejando a sus seres queridos, los ahuyenta. Uno tiene que ser muy cuidadoso y muy respetuoso también con Dios, que toma decisiones por nosotros y nos manda diferentes pruebas. Eso va haciendo que uno actúe de una manera u otra, pero lo más importante es que no dejemos de creer en él, ni de pensar que lo que nos tocó, nos tocó porque estábamos preparados para vivirlo.

¿Cuándo te vas a reencontrar con el público salteño?

Por el momento, no hay fechas. Me encantaría, pero no sé. Hace mucho que no voy por allá. Lo que pasa es que ustedes tienen muchos artistas y muy buenos, no necesitan que vayan de otros lados (risas). Sé que en esa provincia me quieren mucho, además tengo un fans club que me sigue a todos lados y viaja muchísimo. Yo también los quiero mucho y tengo el deseo siempre latente de volver.

Salta es una provincia maravillosa, muy linda para recorrerla y disfrutarla.
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domingo, 19 de diciembre de 2010

La aventura de una madre en gira

El nuevo disco de Soledad tiene en la tapa la foto de una valija. Y en el book que acompaña al trabajo aparece ella en una habitación vacía y siempre a punto de partir. Hace seis meses, la cantante fue madre de Antonia, y cuenta cómo hace para compatibilizar la vida nómade de su trabajo con la crianza de la niña.

“Estoy tan acostumbrada a viajar tanto que no concibo mi vida de otra manera. Antes, yo llevaba una valija grande, con ropa deportiva, malla y muchas otras cosas. Ahora, todo el espacio lo ocupa ella. Mi marido está armando un nuevo micro de gira, con una habitación aparte para ella”, cuenta.

“Espero que no se corte la racha -agrega- pero desde que fui mamá nunca estuve disfónica, y llegué a dar 14 recitales en octubre. La cabeza me funciona de otra manera. Sé que cuando termine el recital, la voy a ver y me va a sonreír, y seré feliz. Nunca pensé que me cambiaría tanto, a mí, que fui egoísta y un poco narcisista”.

Soledad Pastorutti: "Sueño con mi carrera internacional"



Lleva 15 años de carrera, 30 de vida y seis meses de madre de su primera hija, Antonia. Sólo con sus dos primeros discos -lleva más de una decena grabados-, vendió un millón de ejemplares.

Es, sin dudas, una de las artistas más convocantes del folclore. Pero en estos momentos, sentada en el bar de un hotel de Palermo, Soledad Pastorutti no arrasa con nada. Tiene la cara lavada, ropa en tono caqui y rasgos de cansancio por una jornada de prensa que recién está arrancando.

Habla con más dudas que certezas. Cuenta que comenzó su carrera sin ser profesional; recuerda que estuvo deprimida porque sentía que la gente elogiaba su carisma y su fuerza, pero nunca su forma de cantar; dice que sueña con volver a intentar una carrera con proyección internacional. Y, claro, que ser madre le cambió la vida.

“Ahora sí que no me para nadie”, escribió en el arte de tapa de Vivo en Arequito, su nuevo disco ( ver Mucho más que...), grabado en su pueblo en octubre de este año. “Cómo me gusta la vida”, grita en una de las canciones. En charla con Clarín, esta Sole optimista y reflexiva habla de la maternidad, de su carrera y de lo que cuesta romper ciertas estructuras en el folclore.

¿Qué te vino a la cabeza cuando viste que cumplías 15 años arriba de los escenarios? Todo pasó a segundo plano a partir de la llegada de Antonia. Pero, más allá de eso, sentí orgullo de haber podido mantenerme. Comencé sin ser profesional y nunca imaginé llegar acá. Con 15 años de carrera, no me siento una grande del folclore. Sí soy una privilegiada porque hago lo que me gusta y porque mucha gente me acepta, me conoce y me sigue.

Cuando hablás de los recitales que sentías que se repetían, ¿te referís a esa exaltación de la energía y al carisma que siempre todos te destacaron? En una etapa de mi carrera, estuve deprimida. El problema era no poder superarme. Sabía que en los festivales iba a hacer siempre lo mismo, que la gente iba a aplaudir y la iba a pasar bien. Todos hablaban de mi energía y de mi carisma, pero nadie decía “Che, qué bien que canta la Sole, qué buen show dio”. Me angustiaba y me sigue angustiando. En algún momento, tuve una charla muy esclarecedora con Afo Verde, que ahora es presidente de Sony América Latina. El me dijo que confiara en mí y que tenía que cantar las cosas que yo quería.

¿Por eso en este disco versionás a Marco Antonio Solís y elegís otras canciones que en otras épocas no hubieses hecho? Ahora me siento libre de hacer lo que quiero; esa libertad llegó con mi hija, con aquella charla con Afo y con los años... Aprendí a respetar lo que soy. Yo soy una gringa, que nació en el sur de Santa Fe y que está influenciada por Rosario, por la capital y por el folclore más purista de mi papá. La gente me conoció vestida de gaucho y revoleando el poncho. Era la alegría en persona. Pero después me comprometí con la música desde otro lugar. A veces cuesta salir de esa estructura. Lo mejor fue poder superarme. Creo que avancé; es un avance lento, pero no importa.

¿Por qué entre las canciones tuyas no hay folclóricas? ¿Tiene que ver con un intento de abrirte a otras músicas? No me meto con el folclore cuando compongo. Mi lenguaje es mucho más actual y, si se quiere, más pobre que el de aquellos genios que hicieron cosas bellas en el folclore. No tengo la poética de La López Pereyra . Nunca voy a poder hacer una canción como ésa. Yo admiro mucho a la gente joven que compone, como Abel Pintos, y a los consagrados como (Joan Manuel) Serrat y (Horacio) Guarany. Quizás tenga que ver con que leemos muy poco y tenemos una relación pobre con la palabra escrita.

A finales de la década del ‘90, Soledad ya tenía cuatro discos editados, un nombre instalado y decenas de miles de seguidores en todo el país. “Es ese público que me quiere hasta cantando el arrorró”, es como lo define ella.

En ese tiempo, el productor Emilio Estefan viajó a la Argentina para conocer a la chica que, según decían los medios, estaba acercando el folclore a los jóvenes. Juntos, hicieron Yo sí quiero a mi país, título criollo, pero con grabación íntegra en Miami. Era el primer intento de darle un empujón internacional a su carrera. Hoy, con el tiempo, dice que le hubiese gustado continuar con ese proyecto.

¿Te gustaría intentar de nuevo dar ese salto internacional? ¿Soñás con eso? Es un salto que quiero dar sí o sí. No quiero ser una artista con techo. Por naturaleza, soy inquieta y nunca me quedo con lo que tengo. Soy una persona inconformista constante (risas). Eso me genera mucho sufrimiento, porque tengo todo el tiempo la máquina encendida. Con aquel disco producido por Estefan, lo más grave fue no haber continuado con esa tarea; fue sólo un disco y después me eché para atrás. Me asusté con las críticas, con todo lo que se decía, no sé. El disco llegó en un momento en el que me estaba haciendo señorita: comencé a pintarme, a cuidarme más estéticamente.

Además, era el final de los ‘90, un momento particular en el país… Sí, tal cual. Para muchos, fue difícil masticar ese salto. En esos años, el país miraba afuera. Se supone que yo representaba a lo argentino y me fui a grabar el disco a Miami. Mucha gente se preguntó: “¿Qué pasa con la Sole?”. A veces es difícil salir de ciertos encasillamientos. Yo no creo que sea una traición intentar cosas nuevas.

¿Te parece que grabarlo fue una decisión errada? No lo sé. En cualquier caso, ahora soy yo la que tomo las decisiones de mi carrera. Soy una persona que admite que cometió muchos errores, y no digo que volvería a hacer todo exactamente igual. Quizás me hubiese tomado las cosas con más tranquilidad, hubiese disfrutado más, hubiese esperado más para ciertos cambios. No era una profesional de esto.

Bueno, pero ahora lo sos. Y como decís en tu disco: “Ahora sí que no me para nadie”… Ja, soy demasiado optimista, ¿no? Ojo que a veces lo digo para darme ánimo. Muchas veces me planteo: “Che, ¿y si dejo todo y me voy a vivir a Arequito?”. Quiero estar más tiempo con mi hija y mi familia. Pero, a su vez, sueño con mi carrera internacional, con tener éxito en otros lados. Sueño como si no hubiese hecho nada todavía, como si tuviese que empezar de cero. Sueño como si no fuese la Sole.

Mucho más que un nuevo disco

Vivo en Arequito es el último disco de Soledad Pastorutti. El trabajo, que viene acompañado por un documental en DVD, fue grabado el 10 de octubre de este año en el pueblo natal de la cantante.

Desde hace varios años, ella festeja su cumpleaños en el lugar y los fanáticos se acercan a saludarla de forma espontánea. A raíz de esa costumbre, comenzó a hacer un show anual en su pueblo, que finalmente fue grabado para este disco.

Ante más de 15 mil personas, que fueron a la Estación Ferrocarril de Arequito, la Sole tuvo como invitados a Leando Lovato, Banda XXI, el Ballet del Chúcaro y su hermana Natalia, entre otros.

Aunque se trata de un disco en vivo, hay seis temas inéditos. Con la idea de combinar el folclore con otras músicas, el listado de temas del álbum incluye: Esta Vida, del compositor de vallenato Jorge Celedón; Tu cárcel, de Marco Antonio Solís, y varios temas compuestos por la propia Soledad. Además, claro, están los clásicos del folclore, como Lucerito del Alba, Chacarera para mi Vuelta, La López Pereyra y Perfume de carnaval, entre otros.